Hace mucho tiempo, los dioses Tezcatlipoca y Eécatl deliberaron la creación de un hombre que gobernara la tierra…
Eécatl descendió al inframundo para solicitar a Mictlantecuhtli cenizas de muertos con el fin de formar a otros hombres. Sin embargo, una vez que Mictlantecuhtli le entregó el hueso, él se arrepintió profundamente, ya que era lo que él más quería de todo lo que tenía. Por esta razón, Mictlantecuhtli persiguió a Ehécatl para intentar recuperar el hueso, pero durante la huida, el hueso se le cayó y se rompió. Debido a esto, el primer hombre resultó ser de estatura pequeña, ya que se dice que los hombres del primer mundo eran gigantes.
Eécatl tomó el resto del hueso y las cenizas, y convocó a todos los demás dioses para crear al primer hombre. Así, el primer día comenzó la creación del hombre formando su cuerpo, el cual se movió de inmediato. En el cuarto día, tanto el hombre como la mujer estaban completos, pero no eran adultos desde el principio, sino que seguían su curso natural de crecimiento. Después de su creación, un dios llamado Xolotl los alimentó con tortilla mojada en lugar de leche.
"He aquí, el hombre estará muy triste si nosotros no hacemos algo para alegrarlo, para que disfrute vivir en la tierra y nos alabe, cante y baile", escuchó Ehecatl, el dios del viento. Su corazón pensó en dónde podría encontrar alguna bebida para alegrar al hombre. Entonces, se le vino a la mente una diosa virgen llamada Mayahuel, que era cuidada por las Tzitzimime… y por su abuela, quien era una Tzitzimitl. Ehecatl se dirigió rápidamente hacia ellas…
Las encontró durmiendo y despertó a Mayahuel, diciéndole: "Vengo a buscarte para llevarte al mundo". Ella accedió de inmediato y ambos descendieron, llevándola sobre sus espaldas. Al llegar a la tierra, se transformaron en un árbol que tenía dos ramas, una llamada Quetzalhuexotl y la otra Xochicuahuitl.
En ese momento, su abuela despertó y al no encontrar a su nieta, llamó a las otras diosas, las Tzitzimime, y todas descendieron a la tierra en busca de Ehecatl. .. En ese instante, las dos ramas del árbol se separaron y la rama de Mayahuel fue reconocida de inmediato por la abuela, quien la tomó, la partió en pedazos y dio uno a cada una de las Tzitzimime, quienes la consumieron…
Sin embargo, la rama de Ehecatl no fue rota, sino que se quedó allí. Tan pronto como las diosas subieron al cielo, la rama volvió a su forma original de Ehecatl, con devoción y tristeza, aquel que recogió los huesos de Mayahuel los enterró con reverencia…
De aquel sagrado reposo, surgieron los brotes de una planta que los hombres llaman Metl, el cual les brinda el pulque, el néctar embriagador que deleitan. Enraizada en la tierra fértil, la planta se alzó majestuosamente con hojas verdes, un regalo divino para los corazones sedientos.
El documental "El Legado de los Olvidados: Pulque y Barro de Zautla" explora la rica herencia cultural de Zautla, un municipio enriquecido por sus tradiciones en la producción de pulque y alfarería. A través de narrativas entrelazadas, se cuenta la historia y la importancia cultural de estas prácticas, desde el mito fundacional de Mayahuel y el maguey hasta la actualidad, destacando cómo estas tradiciones han sostenido a la comunidad a lo largo de los milenios. Se abordan temas como la historia del pulque, su simbolismo y proceso de producción, así como la alfarería, sus técnicas, y la evolución en la fabricación de cerámica. Además, se muestra la importancia de estas prácticas en la identidad cultural y la economía local de Zautla, subrayando el respeto por los recursos naturales y la transmisión de conocimiento de generación en generación.
Título del Documental: El Legado de los Olvidados: Pulque y Alfarería de Zautla.
Director: Tonatiu Ramos
Asistentes de Cámara: Diego Vázquez Sandre, Reyna Yaneth Pérez Miranda, Dionisio Romero Palacios
Producción: Ayuntamiento Municipal de Zautla presidido por Marco Antonio Alejo Calderón.
Música: Héctor Moreno, participación de Son Zauteo y Alto Rango de Héctor García.
Año de Producción: 2024
Duración: 37 min
País de Producción: México
Idioma(s): Náhuatl y Español
Narración: Liubaldo Albornoz e Hipólito Molina
Traducción: Ricardo Palacios Castañeda, Dionisio Romero e Hipólito Molina
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